sábado, 14 de mayo de 2011

Helado de fresa




 Era un jueves, tal día como hoy cuando le conocí.
Me invito a un helado, pues era verano.
Era alto y apuesto. Sus rubios cabellos me fascinaron.
Su procedencia nórdica, tal vez, se hacía notar en su apariencia.
Yo caminaba por la calle cuando le ví.
 Y me aproxime hacía donde él estaba.
- El de fresa está muy bueno- me dijo con su voz empañada de acento alemán.
¿ Gut, gut?,-le pregunté yo intentando demostrarle que sabía algo de ese idioma
Yes- me dijo él, y esta vez , su acento me sonó a inglés.
Acepte finalmente su propuesta. Y cuando iba a pagar el helado, pues estaba en la heladería donde mi rubio trabajada de dependiente, me dijo estas encantadoras palabras:
- Las mujeres hermosas no pagan. Te invito.
Esta vez, su acento me sonó muy castizo.
Por supuesto acepté, y a cambio le devolví la mejor de mis sonrisas.
Tres días más tarde, ambos estabamos sentados en un parque comiendonos el mismo helado de fresa....

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